Por Ma del Rosario Villaverde Munguia1

No han dejado de enseñarnos cómo odiar desconocidos

Y resulta que conoces claramente quién ha sido

Quién incita a que se maten defendiendo sus banderas

Y en sus tumbas no habrá flores no estarán ni sus carteras

El negocio de la guerra solo atiende a cantidades

Cantidades de dinero muera quien muera.

Rupatrupa,Ya no se baila como antes.

En la actualidad existen una cantidad abismal de medios de comunicación que se encargan de reproducir información a favor de sus propósitos e intereses; en la misma proporción se encuentra un público o receptores que consumen esta información y, por medio de la cual, forman una ideología e, incluso, me tomaría el atrevimiento de decir que la propia identidad. Considero pertinente la preocupación de escribir y hacer filosofía con respecto a esto, pues independientemente de que lo que se dice en los discursos sea verdadero o falso, algunos están basados en el odio e incentivan a la discriminación, violencia y desigualdad. El habitar el ser-vida no es posible bajo estas condiciones, pues al estar consumiendo contenidos de esta índole se ven afectadas nuestras capacidades para actuar, actuar en el sentido spinoziano:

Digo que nosotros actuamos, cuando en nosotros o fuera de nosotros se produce algo de lo que somos causa adecuada, esto es, cuando de nuestra naturaleza se sigue algo, en nosotros o fuera de nosotros, que puede ser entendido clara y distintamente por ella sola. Y, al contrario, digo que padecemos, cuando en nosotros se produce algo o de nuestra naturaleza se sigue algo, de lo que no somos causa sino parcial.(Spinoza, 2000, p. 126)

Habríamos de detenernos a examinar los discursos que rondan en el mundo, como ejemplo de inmediatez se encuentra México, con una política basada en la otredad, separando a una sociedad entre derecha-izquierda, ricos-pobres, capitalistas-comunistas y de más, como si una de esas etiquetas fuera la correcta. Como consecuencia, basta con entrar a Twitter (ahora X) para ver cómo cada individuo se apropió de esos discursos como su propia identidad, la cual hay que defender con comentarios llenos de odio hacia personas que ni siquiera conocen. Este intento de defensa sobre una idea se puede expresar como un intruso y Jean Luc Nancy utiliza esa analogía de intromisión en su propio cuerpo tras recibir un trasplante de corazón.

La analogía se puede utilizar para el ejemplo antes propuesto;es decir, en cómo no pensamos en los otros como en nosotros mismos, sino como seres ajenos a nosotros por cuestiones de índole político, cultural, económico, social o de raza. Nancy experimenta la intromisión desde dentro: “Mi corazón se convertía en mi extranjero; justamente extranjero porque estaba adentro. Si la ajenidad venía de afuera, era porque antes había aparecido adentro”(Nancy, 2007, p.18). No es simplemente ver hacia afuera y apuntar a otros, sino ver cómo desde dentro se rechaza algo, algo de nosotros mismos, eso que nos incomoda, que no nos gusta mencionar.

No toda la información que se recibe es adecuada o buena para cada individuo, siguiendo la línea de Nancy, se puede expresar en el ejemplo de cómo su cuerpo no podía recibir cualquier corazón, sino que tenía que ser uno que fuera compatible con el de él, de otra manera no habría podido vivir. Lo mismo sucede con la información y discursos que se consumen en el mundo, ciertamente si una persona está expuesta “naturalmente” a la violencia, el odio, la homofobia, racismos, clasismo, etcétera, es de esperarse que sus opiniones estén cargadas de odio, pues el mundo nunca se ajustará a sus perspectivas.

Y no solamente hablamos de la constante diferencia entre seres humanos sino también con la misma naturaleza, verla como algo ajeno a lo humano es uno de los errores más atroces del antropocentrismo: la naturales como un medio para servir a los fines del ser humano y no como que cualquier ser vivo de la tierra tiene total dependencia de ella. Nancy ve al dominio del hombre sobre la naturaleza desde la perspectiva en que el hombre es capaz de ir en contra de la misma muerte (que es parte de la misma naturaleza), como una muestra del dominio sobre la misma:

Al menos desde la época de Descartes la humanidad moderna hizo del voto de supervivencia y de inmortalidad un elemento en un programa general de «dominio y posesión de la naturaleza». Programó de este modo una ajenidad creciente de la «naturaleza». Reavivó la ajenidad absoluta del doble enigma de la mortalidad y la inmortalidad. Elevó lo que presentaban las religiones a la potencia de una técnica que empuja más lejos el final en todos los sentidos de la expresión: al prolongar el plazo, despliega una ausencia de fin. (Nancy,2007, p.24)

Jacques Derrida, en una de sus entrevistas con Giovanna Borradori: “suicidios simbólicos y reales”, publicada en el libro La filosofía en una época de terror, utiliza como metáfora la autoinmunidad para explicar lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Cómo se sabe, la autoinmunidad es una reacción de nuestro propio cuerpo que ataca las defensas del cuerpo inmune para así generar más inmunidad. Está metáfora funciona para entender un poco mejor el porqué de lo ocurrido en el atentado a las torres gemelas. Eegún Derrida, este evento no fue un hecho aislado, sino producto de la Guerra fría y finales de la misma. Durante esa época, Estados Unidos ofreció armamento y adiestramiento militar a personas de Medio oriente en su mismo territorio, con armas producidas y distribuidas en dicho país. Si hablamos de lo denominado “suicidios simbólicos” a lo que se refiere Derrida, se aprecia el efecto previsto: que su mismo sistema se vea atacado por algo que viene de ellos mismos y, a la par, de los “suicidios reales” que representan las pérdidas humanas a consecuencia de la reacción.

Si se hace un análisis sobre lo planteado por Derrida, el miedo frena la posibilidad de habitar el ser vida. La autoinmunidad en los sistemas que organizan el mundo son producto del miedo, creen que es necesario prevenir el ataque desde el exterior, se hace hasta lo imposible por defender un sistema y, al intentar defenderse, protegerse o prevenir cualquier intromisión, no hace más que atacarse y debilitarse a sí mismo.

Desde el ámbito filosófico, es necesario deconstruir conceptos porque precisamente son estos los que, utilizados desde una posición dogmática, acrecientan la violencia en los discursos y ese es justo lo que Derrida responde a Giovanna Borradori cuando le pregunta si la filosofía puede ayudar a comprender eventos como el del 11 se septiembre:

Los conceptos que más a menudo se ha descrito, nombrado, categorizado este «acontecimiento» pertenecen a «un sueño dogmático» del que solo nos puede despertar una reflexión filosófica una reflexión sobre la filosofía, especialmente sobre la filosofía política y sobre su legado. El discurso corriente, el de los medios y de la retórica oficial confía fácilmente en conceptos como el de «guerra» o el de «terrorismo» (nacional o internacional). (Borradori, 2003, p.150)

Es debido hablar sobre lo que hay detrás de esos discursos de odio y me atrevo a decir que no es más que miedo, miedo a perder el control sobre algo o alguien, miedo por ver al interior de uno mismo, miedo a la deconstrucción de un pensamiento, miedo a desprenderse, miedo a morir, miedo a amar, miedo hasta por vivir. Habitar el ser-vida no tiene cavidad desde el miedo, el miedo frena a actuar. Habitar el ser vida, solo es posible sin barreras ontológicas y metafísicas, también es necesaria la deconstrucción del pensamiento, de otra manera, la filosofía parecer ser exánime y no algo que se puede mover o crear, también estas barreras limitan vivir plenamente.

Bibliografía:

Spinoza, Baruch. Ética demostrada según el orden geométrico. Traducción de Atilano Domínguez. Madrid, Trotta, 2000

Derrida, G.(2003). Autoinmunidad: suicidios simbólicos y reales diálogo con Jacques Derrida. En Borradori G (Ed.) ; Botero JJ. Hoyos L E (Trads.) La filosofía en una época de terror Diálogos con Jurgen Habermas y Jacques Derrida. (131-195).

Nancy, J.-L. (2007) El intruso, Buenos Aires: Amorrortu.

Rupatrupa, (2021). Ya no se baila como antes. A solas. Chusmi10

  1. Ma del Rosario Villaverde Munguia es estudiante de la licenciatura en Filosofía e Historia de las ideas de la UACM. Este texto fue escrito para el seminario de Bioética durante el semestre 2025 -II impartido por Roxana Rodríguez Ortiz. ↩︎

Descubre más de Ecología del afecto

Suscríbete para recibir las últimas entradas en tu correo electrónico.

Dejar un comentario

Descubre más de Ecología del afecto

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo