Por Mario Arturo Hernández Callejas1

De acuerdo con lo que se vio en la clase del Seminario de Bioética, aprendimos que toda reflexión sobre la vida y el conocimiento filosófico que llegamos a entender entre diferentes perspectivas de conocimiento por varios autores que se ha mencionado en las clases anteriores. En este sentido, es posible distinguir dos grandes corrientes del pensamiento filosófico que han influido profundamente, por un lado, en la manera de pensar de la existencia misma y sus aportes a la metafísica y la moral; por otro lado, a la ontología y la ética. Considerando el cuadro que Agamben nos propone (2007, p. 91), explico de la siguiente manera la diferencias entre los filófos de la trascendencia y los filósofos de la inmanencia:

Filósofos de la trascendencia
Immanuel Kant Trascendencia «a priori»  

Para Kant, el conocimiento surge desde la experiencia y las estructuras que conlleva la razón, siendo así necesario y universal. Lo trascendental no es lo que está más allá del mundo, sino de las condiciones que hacen «posible» conocerlo.  
Metafísica, busca las principios y límites del conocimiento humano dónde puede llegar la razón.
Moral, fundamenta la ética en la «razón práctica», el «imperativo categórico» y el «deber ser», como experiencia empírica.
Edmund Husserl Trascendencia «fenomenológica»  

Para Husserl, la conciencia intencional significa que todo acto de «conciencia» se dirige hacia un objeto. La trascendencia se da cuando el sujeto alcanza la esencia de las cosas, más allá del fenómeno empírico.  
Metafísica, busca la esencia del ser en la «conciencia».
Moral, busca la esencia del ser en la «conciencia pura»
Jacques Derrida Trascendencia «diferida / deconstruida»  

Para Derrida, la deconstrucción, significa que nada está más allá o fuera del lenguaje como comúnmente se ha conocido y todo lo que conocemos y pensamos son a partir de las palabras, signos y diferencias entre nosotros mismos y con los demás.  
Metafísica, la crítica y ya no puede pensarse como una verdad absoluta.
Moral, ya no es un conjunto de reglas, sino es la responsabilidad hacía sí mismo y hacía los demás.

























 
















Martin Heidegger
Punto intermedio entre Trascendencia e Inmanencia  

Para Heidegger, plantea la pregunta por el «ser» o el «Dasein», el ser que está arrojado al mundo (muy existencial por cierto). Sin embargo, también esta abierto a la trascendencia del ser, no el sentido metafísico, sino existencial.   Ontología, es el sentido del «ser» y lo diferencia o distingue al «ente», es decir, el ser tiene conciencia que hay un espacio y un tiempo en el mundo, la cual acepta que la naturaleza es la única que da vida y muerte. Ética, es donde habita el hombre o el lugar donde claramente el ser se manifiesta en el mundo y es visible a cierto tiempo de vida.


















































Filósofos de la Inmanencia
Baruch Spinoza Inmanencia «absoluta»  

Para Spinoza, la inmanencia, es una única sustancia que se presenta en todo, ya sea en Dios o la Naturaleza misma. Nada está fuera de ella, no hay un más allá, sino que todo es único e inmanente.   Ontología, es la sustancia única infinita, eterna y perfecta, que solemos decir Dios o Naturaleza. Ética, busca la comprensión racional del orden natural, es decir, la libertad a través del conocimiento racional, aplicado en un método matemático y superando la esclavitud de las pasiones.
Friedrich Nietzsche Inmanencia «vitalista»

Para Nietzsche, rechaza toda trascendencia, ya que el «más allá» es una invención moral y que siempre niega la vida. La inmanencia se da a partir del «eterno retorno» y el «superhombre» como afirmación de la vida y de la tierra. Como tener siempre en cuenta y tener conciencia de que la Gaia está presente.   Ontología, se enfoca en el devenir, es decir, el cambio que experimenta el ser de la realidad como un eterno acontecer de la «voluntad de poder», que se manifiesta en la conciencia del individuo.
Ética, afirmación de la vida, y destructor de la moral tradicional, la creación de valores propios. Dicho de otra manera, «anti-metafísica» y «anti-moral».
Michel Foucault Inmanencia «histórica y del poder»  
Para Foucault, el sujeto se construye dentro del saber y el poder. Es decir, no hay un sujeto trascendental que lo mantenga, sino que hay procesos inmanentes que sujetan al sujeto; el «individuo».   Ontología, es enfoca en el devenir, como su maestro indirecto de Nietzsche, pero esta se centra que el «ser», ya que busca entender las condiciones históricas, los discursos y tecnologías de poder que lo configuran a través de la genealogía.
Ética, es caracteriza en el «cuidado de sí», un pensamiento muy estoico, ya que refleja una autonomía y reflexión de que nuestra vida seguirá siendo histórica y que se alejará de la trascendencia, porque no hay necesidad de creer que hay un «más allá» que ni nosotros mismos sabemos si existe o no.

Los filósofos de la trascendencia, como Kant, Husserl,«Derrida», buscaban comprender aquello que va «más allá» de la experiencia inmediata; para ello es necesario considerar que el ser humano se ha permitido pensar, conocer y actuar moralmente de acuerdo a su ámbito de pensamiento y saber, mediante una conciencia intencional que le permita acceder a la esencia de los fenómenos.

Los filósofos de la inmanencia, como Spinoza, Nietzsche y Foucault, rechazan la idea de un «más allá», del ser en la vida. Debido a que todo está contenido en la realidad misma, en la naturaleza, en el cuerpo como sujeto de la historia en sí misma y de los demás. En ellos se podría entender que la «ontología» sustituye a la metafísica, debido que se trata de pensar que el ser está en la vida misma; mientras que la «ética» se entiende como una práctica vital y creativa.

Ahora, la Bioética transita entre la trascendencia y la inmanencia, pues «reconoce» el valor ético y moral de la vida misma (dimensión trascendental) y al mismo tiempo afirma la unidad ontológica de todos los seres vivos (dimensión inmanente). Tanto es así que pensar en la Bioética desde la Gaia nos da a entender qué significa cuidar la vida, ya que somos parte de ella, y debemos mantener un equilibrio que asegura nuestra propia existencia.

Nota 8 de la clase 01 de octubre de 2025

REFERENCIA

Agamben, G. (2007). La inmanencia absoluta. En G. Giorgi & F. Rodríguez (Comps), Ensayos sobre biopolítica, Excesos de vida (pp. 70-71). Buenos Aires: Paidós.


  1. Mario Arturo Hernández Callejas es estudiante de la licenciatura en Filosofía e Historia de las ideas de la UACM. Este texto fue escrito para el seminario de Bioética durante el semestre 2025 -II impartido por Roxana Rodríguez Ortiz. ↩︎

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