Por Ana Laura Quezada Zamora*
No es por gusto o por elección, nadie elige el género con el que nacerá, las interrogantes se suman mientras los días se restan. Hay cosas que no puedes controlar, hay cargas que llevas dentro que aún siguen ahí porque sigue ese recuerdo que solo permanecerá.
¿Cómo hablar del término mansplaining? Tengo dudas sobre el uso de esta palabra y me abstengo de utilizarla, aunque es algo que vivo en mi cotidiano, día con día. Podría llamarlo como una “macho explicación” porque lo que busca es minimizar el pensamiento de la mujer; con un tono de condescendencia y superioridad, dado que a los hombres les han inculcado que cuentan con un “pensamiento privilegiado” que les permite dar explicaciones y asimilan que las mujeres no tienen esa capacidad de razonamiento: un ejemplo de micro-machismos.
Mansplaining se utiliza como un término sexista porque no solo se ejerce de hombres hacia mujeres; lo podemos ver también en los deportes, la universidad, la vida social; en donde los hombres quieren hacerse los “interesantes” o los “alfas” frente a otros, una jerarquía de poder. Por ejemplo, el hecho de tener “más tiempo” para cualquier actividad, como ir al gimnasio y tener que recurrir a un coach, realizar ciertos ejercicios, entrar a trabajar en algún lugar (una capacitación en donde se desesperan por enseñar) o buscar una dirección, intentar cocinar, entre otras.
Mansplaining concientiza, enuncia, nombra, visualiza y ha contribuido a repensar en las experiencias que no han sido valoradas; tiene implicaciones sociales y culturales en donde se menosprecia la experiencia de todo ser humano, sin priorizar el sentir que puede provocar. El tratar de ocultarlo es solo ir acumulando un mandato patriarcal.
Todos los hombres, por naturaleza desean saber. Así nos lo indica el amor a los sentidos; pues, al margen de su utilidad, son amados por sí mismos, y el más apreciado, el de la vista. En efecto, no solo para la acción, sino también en los momentos de reposo, preferimos la vista, por decirlo así, al resto de los sentidos. Y la causa es que, de los sentidos, este es el que nos hace conocer más, y nos muestra más diferencias.
(Ruiz,2015;p.7)
Como lo dice Aristóteles, los seres humanos tenemos como naturaleza el deseo de saber porque ontológicamente nuestro objetivo es el estudio del ser, ya que es innato para comprender el mundo; esto da como resultado una eudaimonía (felicidad humana) para alcanzar un bienestar colectivo, que se obtienen a través de la vista.
Para mí, por lo tanto, la ontología del género se refiere a la expansión del ser en la unión del pensamiento psíquico y el cuerpo. Una expansión inconmensurable que solo es dejándose tocar sin ser tocada por el otro.
(Rodríguez Ortiz, 2024)
La ontología del género puede ser vista desde diferentes puntos de partida para delimitar la naturaleza del género y cómo nos ha afectado a los seres humanos dentro de las estructuras sociales. Podría verse desde las perspectivas feministas, teoría queer, colectivas, donde se busca una deconstrucción de la sociedad en las nociones tradicionales del género.
¿Cómo tocar lo intocable?
En el seminario de Filosofía y género, Rodríguez Ortiz (2024) señala a partir de la lectura de El Tocar, Jean-Luc Nancy de Jacques Derrida una diferencia entre los diferentes tipos de tocamiento, por ejemplo:
- Tocamiento de agenda:implica abordar,discutir y cuestionar ciertos temas que son de interés compartidos. Lo vemos a través de este seminario, ya que nuestro objetivo principal es el género.
- Tocamiento morboso: va más allá de lo físico, implicando una dimensión de deseo, fascinación y transgresión. Las mujeres lo vivimos seguido en la calle, en la escuela, en casa; cuando nos sentimos incómodas o incluso acosadas.
- Tocamiento intelectual: es un proceso que tiene presente la interacción, deconstrucción y la creación de nuevos significados a través de un diálogo profundo y respetuoso. Por ejemplo, en la universidad cuando interactuamos con algún profesor que hace “llamativa” su clase.
El tocar que conocemos es un tocar morboso, lascivo, ideologizante, condicionado, dominante, violento, del control sobre los cuerpos, las pasiones y los deseos de las personas, pero también de los otros seres (…) “El tacto es el único sentido indispensable para la existencia del viviente como tal”.
(Rodríguez Ortiz, 2024)
Me interesa abarcar el tocamiento intelectual porque los profesores son un ejemplo de ello, cuando tocan nuestro deseo de aprender más, por mencionar algunos temas. Al igual que podría mencionar la vulnerabilidad que nos ha aportado una forma de conexión humana que se ve como resistencia dentro del desarrollo personal individual. Por ello,debemos eliminar la perspectiva de que la vulnerabilidad es una debilidad ante el otro, cuando lo que realmente busca es la eliminación de cualquier injusticia y desigualdad.
¿Mansplaining nos toca la vulnerabilidad?
Podemos mezclar el tocar de la sensibilidad con la vulnerabilidad ya que ésta transmite sentimientos a través de la mirada, se necesita de comunicación corporal en donde pueden llegar a sentirse incómodos o sentir un tipo de afecto. Buscando dialogar, negociar, enfrentar las necesidades del otro, evitando así una violencia simbólica, que se ha visto durante mucho tiempo. Aunque también lo ideal es dejar de apoyar el tocamiento por parte de nuestros allegados; al reírnos de cierto albur, del tocamiento morboso (en donde se sigue con la mirada a una persona hasta que logra coincidir con ésta).
Quizás presentándose como la presencia de la ausencia, afectado por las consecuencias del pasado, podría mencionar la idea del machismo con la que siempre hemos sido tratadas las mujeres.
Ana Laura Quezada Zamora
A raíz de la pandemia optamos por el tocamiento a través de la mirada en donde los ojos expresaban tristeza, alegría, emoción, nostalgia, esperanza. Y ahora decidimos quién puede tocarnos. Rodríguez Ortiz hace un paréntesis en el llamado espectro, un tipo de “conciencia” (fantasmal), como lo menciona Derrida, para una comprensión de la realidad en donde están presentes y ausentes; sombras y espectros que condicionan nuestra comprensión del mundo; que nos hacen pensar si estamos bien con lo que realizamos, pero sigue estando presente la parte de desvalorización del otro.
¿Podría la amistad ayudarnos a llegar a un tocamiento intelectual?
Hemos sido participes del tocamiento intelectual por parte de nuestros amigos porque aprendemos nuevas categorías, sin minimizar el pensamiento del otro, incluyendo la opinión de todas y todos para un mejor desarrollo del tema, espectralmente hablando. Este intercambio fomenta el crecimiento intelectual porque se comparten ideas, se discuten y se desafía constantemente a saber más sobre el tema u otros de distinto interés; llegando a un enriquecimiento intelectual.
Bibliografía
- Rodríguez, R. (03 de mayo de 2024). ‘Sabremos tocar, ser tocados por la ontología de género. Ecología del afecto. Recuperado el 10 de mayo de 2024 de https://roxanarodriguezortiz.com/2024/05/03/sabremos-tocar-ser-tocados-por-la- ontologia-de-genero/
- Ruiz. P. (2015) Aristóteles, De la potencia al acto. Bonalleta Alcompas. S.L.
*Ana Laura Quezada Zamora es estudiante de la Licenciatura en Filosofía e Historia de las Ideas de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). “¿Cómo hemos sido tocados por el mansplaining?” es el ensayo que presenta para certificar el Seminario de Filosofía y Género, impartido por Roxana Rodríguez Ortiz.

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