Por Elías Arturo Serrano Chirinos*

Nuestra extraña y exitosa especie

gasta una gran cantidad de tiempo en analizar

sus más altas motivaciones

y una cantidad equivalente

en ignorar las fundamentales.

La ciudad no es una jungla de hormigón,

es un zoo humano.

Desmond Morris.

¿Aún sigue teniendo sentido el Antropoceno? Si bien el Antropoceno es la práctica dominante del ser humano hacia los demás seres, esto ha implicado la transformación de la naturaleza, porque toma a un sujeto con supuestas características o propiedades bien puede ser la razón, el lenguaje o la cultura, etc. Entonces ¿es esto un problema? Sí.

El problema consiste en la modificación y adaptación con el paso del tiempo y tiene como consecuencia el biopoder de Foucault que implicó la constante regulación de la vida y el poder sobre ella. En diversas formas, económicas, políticas, ideológicas y biológicas; reproduciéndose socialmente. El alcance que tiene el Antropoceno es ser un mecanismo de manipulación ¿de qué? La manipulación del cuerpo y su domesticación.

Sin embargo, conforme pasan los años se han diseñado nuevos mecanismos para la dominación del cuerpo y la vida; como el geontopoder ¿en qué consiste? El geontopoder son la practicas discursivas y políticas por designar la vida y no vida, su regulación y distinción. Esta es la propuesta de Povinelli, en donde ya no se toma a un sujeto-objeto, sino un objeto-objeto.

¿Tiene aún sentido el Antropoceno? No, porque tiene como resultado la atomización social, la discriminación, la violencia, las prácticas capitalistas inhumanas y la cosificación de lo humano y no humano. Sin embargo, el Antropoceno ha tomado fuerza por la hegemonía-histórica; teniendo como consecuencia la implantación social en el siglo ⅩⅩⅠ, por esa razón lo que se pone en tela de juicio es cómo desplazar esta visión.

Ante esta problemática propongo al “ser-animal-humano y el conjunto-ecosistema” como una forma de desplazamiento del Antropoceno. Esta propuesta consiste en tomar al conjunto-ecosistema, donde ecosistema es comprendido como una comunidad de seres biológicos que se relacionan con otros seres y establecen efectos a otros ecosistemas. Al tomar esto se comprende que cada conjunto de seres está contenido en el ecosistema y es necesariamente afectado, esto nos permite desplazar del centro al supuesto hombre. ¿Qué implica tomar a los otros como un conjunto-ecosistema? ¿Se logró el desplazamiento? Es necesario considerar a los demás seres ya que todos estamos siendo afectados por el ecosistema que compartimos, si no se tomara esta noción seremos incapaces de poder desplazar dicha visión. Como tal, no se logra el desplazamiento pues no es un desplazamiento que consiste en descentrar algo para volver a centrar cualquier categoría; esto indica que es un desplazamiento lento, ya que necesita moverse lo suficiente para no generar un desajuste en los otros ecosistemas que están relacionados esto es una condición necesaria.

Tal parece que no es suficiente tomar a los otros ecosistemas de seres. El autorreconocimiento animal es la posibilidad que propongo para lograr el desplazamiento ¿qué implica tal autorreconocimiento animal? Implica quitar al supuesto sujeto-racional, ¿acaso el ser humano no es más que otro animal que está contenido en este ecosistema?; no hay duda que una propiedad elemental del humano es el ser animal. Sin embargo, hemos olvidado aquello que somos, otros animales con prácticas sociales como todos los demás seres; cada ser en su conjunto desarrolla su propio lenguaje, su organización y cultura, etc. El autorreconocimiento animal nos permite ocupar nuestro lugar en el ecosistema y como afectamos a los otros seres que están relacionados necesariamente con nuestro conjunto.

Es aquí donde las dos condiciones de las que hablé: el conjunto-ecosistema y el autorreconocimiento animal. Permiten desplazarnos poco a poco hacia nuevos horizontes; por ejemplo, permite saber de que manera estamos afectando a otros seres, además eliminar las prácticas dominantes a otros, tanto de nuestro conjunto como al ecosistema. De modo que estas dos condiciones son aptas para no alterar a otros seres ni al ecosistema que compartimos.

Este desplazamiento no es un acto violento que se centre ni tampoco este sólo en la periferia, sino un movimiento constante suficiente y necesario para no alterar lo que se está deconstruyendo. Pero si sólo caemos en la propia animalidad del ser humano entonces nosotros mismos nos domesticamos, ¿cómo nos domesticamos? El domesticamiento consiste cuando creemos que somos los únicos en el ecosistema: afirmar que no estamos rodeados de otros seres, es ahí que la animalidad se convierte en superioridad o bien dominación animal y como consecuencia confecciona su propio ecosistema, social, económico y político; así su propio hábitat.

Cuanto más estemos sumergidos en esa idealización de superioridad o dominación estamos expuestos al domesticamiento, perdemos la capacidad para reconocer a otros ecosistemas o seres, generando nuestras propias conductas agresivas, aisladas, violentas. Que calmamos con prácticas deplorables para satisfacer esta supuesta necesidad de superioridad. Si seguimos así el ecosistema que se planteó al inicio se convertirá en lo que Desmond Morris en su libro llama El zoo humano: comprendiendo “El zoo humano” como la práctica de poder y domesticamiento  propia o hacia otros seres, los cuales quedan cautivos en una violenta lucha de dominación por el poder del hábitat. Esta domesticación de la que hablo será nuestro propio hábitat el que elegimos personalmente, cayendo cada vez más en nuestra propia regulación de vida y poder que otros pueden tener hacia nosotros, prefiriendo los muros de concreto, el ocio, la violencia, la sexualización y frustración social transformándose en un zoo humano-animal.

En conclusión, se ha mostrado por qué el Antropoceno es un problema difícilmente de desplazar, sin embargo, no imposible de hacer pues considero, a partir de mi propuesta del conjunto-ecosistema y autorreconocimiento animal, podemos ser capaces de movernos de este supuesto centro, siempre y cuando no sea un acto violento que se instaure o no sea la afirmación a una domesticación propia. Pienso que somos aptos si y solo si tomemos en cuenta los factores mencionados y al pluralismo ontológico; pues se logra el desplazamiento del sujeto-racional para tomar al ser-animal-humano como parte de esté biocenosis (ecosistema) donde es afectado y afecta.


Elías Arturo Serrano Chirinos, estudiante de Filosofía e Historia de las Ideas en la UACM, Tezonco. Ensayo escrito para certificar Antropología Filosófica, semestre 2023-2.


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