Por Jesús Camacho Sánchez*

La zona chinampera es un medio ambiente rural que se desarrolla en los humedales de la zona de Xochimilco y Tláhuac; que trata de sobrevivir al desarrollo urbano en la Ciudad de México y se encuentra con un sistema social mercantil/antropocéntrico que sujeta al chinampero dificultando su supervivencia.

En la interacción que se desarrolla entre el chinampero y la urbanización-mercantil se generó una construcción histórica del chinampero, en la cual se observa un sujeto simple que no guarda relación directa con la sociedad, provocando inexistente la reflexión de la dimensión social entre las chinampas y la Ciudad de México: un diálogo entre la chinampería, el turismo y las demandas del mercado gastronómico.

Cuando en la reflexión de la chinampería se mira como potencia de afección, su dimensión social nos presentan diversos problemas: la cosmovisión del chinampero, su sentido de originario; su relación con la producción de flores, verduras hierbas y hortalizas; el implemento de técnicas “modernas de producción”, la pérdida de originalidad,  la residencia como chinampero y el cambio del uso del suelo.

cómo podemos llamar sujeto simple
si en la copa de los pies del chinampero ya hace su cansancio,
en su espalda los minutos del día anterior
sus ojos la densa niebla,
fría y húmeda
que al igual que su vida,
posan con calma sobre el agua.
prepara sobre su hombro el cuero,
se prepara para trabajar su vida
con los primeros rayos de sol
el cuero es su herramienta,
un palo largo de madera,
para tocar el fondo de los ancestros fértiles,
una cabezal circular de varilla,
 alma de malla plástica
que atrapa la materia básica de su vida.
depositado el lodo en su canoa,
es momento de depurarlo,
retira toda rama, toda piedra
toda  basura que la urbanización ha depositado en ella

Jesús Camacho Sánchez

Las personas que se dedican a la chinampería perciben de cerca el olor desagradable de la urbanización irregular, siente en sus pies la muerte de su tierra por el salitre  y abonos químicos que no necesitan para producir, del plástico que sustituye al pasto e impide el crecimiento a las hierbas locales, del chinampero que se ha transformado en un individuo que solo usa los islotes de tierra como medio de producción, que tiene la potencia de responder a la exigencias del sistema social en el que se ha desarrollado. Un sistema social de mercado/capital/estado que solo lo han abandonado y producen que sea poco sencillo mirar el mundo como el chinampero lo hace, que tenga una pérdida de su sentido originario y que su lucha por salvar al ser vivo/animal/ ambiente que es la zona chinampera sea cada vez más complicada.

cómo llamarlo sujeto simple.
si con sus manos crea el rectángulo donde deposita el lodo
espera con paciencia la consistencia perfecta
y lo corta a cuadros
en sus manos está la vida,
en cada yema de sus dedos una semilla.
es así que la curva posición de su cuerpo al ensemillar,
lo hace ser originario.
cuando la vida brota de cada cuadrado
las manos las separan,
las dejan ser duras con la vida
se le pide permiso a la tierra
y comienza a sembrar
el chinampero que no es simple
se aprovecha de una de las basuras de la urbanización,
el lirio acuático.
que  invade, tapiza y cambia la vida del agua,
es el originario quien no la reconoce,
la mira como impropia del canal,
pero sabe aprovecharla.
La retira de su medio
La troza con el esfuerzo de su machete
Y la voltea con la tierra
cómo llamarlo sujeto simple
si cambia el abono moderno
por abonos naturales
cómo llamarlo sujeto simple
si sabe desprenderse del plástico de la modernidad
sabe pelear como el pasto,
sabe usarlo como manta
para cubrir el cuadro de vida que sembró

Jesús Camacho Sánchez

La Ciudad de México no es una excepción de un desarrollo urbano irregular que guarda estrecha relación con el mercado turístico que le pide al chinampero que conserve su sentido de originalidad, es decir que se mantenga en las características culturales y religiosas que se han desarrollado históricamente en la chinampa y que sea capaz de conservarlas. Estos sujetos originarios le servirán al estado como protectores del turismo; de un tipo de turismo que se acerca a observar y a vivir lo originario.

Este modo de ser  originario se ha enfrentado históricamente a la relación del círculo social de la urbanización, de políticas públicas y de mercado que no intentan ser benéficas para el chinampero y que solo se enajenan de la supervivencia de la chinampería, instalando con sí desplazamientos negativamente antropocéntricos, de prácticas que sólo la afectan y que aspiran a ser constantes en este modo de ser originario que beneficia al mercado, sin dar espacio a un modo de sentido crítico de lucha de la zona chinampera por sobrevivir.

El modo de ser originario del chinampero no puede estar establecido completamente por el mercado y el estado que solo establecen biopolíticas que controlan y establecen la muerte de la zona chinampera. Estos modos de ser establecidos por el sistema provocan que aquellos que trabajan las chinampas hayan tenido un desplazamiento de características antropocéntricas, donde el ser humano ya no es afectado por la naturaleza y la tierra que trabaja, estos dos factores que antes eran potencia destrucción y retribución, la tierra ya no mata al ser humano, el ser humano es quien la mata a ella.

La muerte del chinampero no es tan literal como parece, pero sí se hace referencia a qué tanto esfuerzo hay a la hora de preparar la chinampa para la siembra, en cómo cada una de las etapas de la siembra está presente un modo de ser originario y de la posibilidad de ser crítico con este modo de ser y observar qué prácticas hacen que haya un desvanecimiento del diálogo con la tierra.

Para explicar el diálogo con la tierra era necesario enfatizar en las etapas de producción de hortalizas con la que estoy familiarizado y qué partes de estas etapas traen consigo un modo de ser originario y a qué problemas se enfrentan con el otro modo de ser originario que el sistema instaló.

En un primer momento el diálogo con la tierra no es más que la relación que el ser humano ejerce sobre la tierra, no como un vínculo de amo y esclavo, sino de cómo ésta es capaz de producir mercancía para la sobrevivencia del chinampero y de cómo este sujeto que ha producido en la chinampa le retribuye una parte a esta.

cómo llamarlo sujeto simple,
si pelea por el agua en el que reposa su vida
se rompe el lomo con presas que abrazan el agua.
cómo llamarlo sujeto simple
si sabe distinguir el turismo,
no cobra por montarse en su nave de madera,
ni espera que cada año
un visitante de la urbanización mueran en los canales,
cómo llamarlo simple.
si sirve un vaso de vida contaminada aquel que no le respetó
se defiende el funcionario público que se burló
ve a las chinampas como su tumba fértil.
que está dispuesto a ser crítico con ella.
porque ella es vida, es su sustento, su residencia y su muerte.
pero no se atreve a vivir en ella,
reconoce que ese no és el uso del suelo,
y de ser así, dejaría de ser originario.

Jesús Camacho Sánchez

*Jesús Camacho Sánchez es estudiante de la Licenciatura en Filosofía e Historia de las Ideas en la UACM-SLT. “Desvanecimiento de la charla del chinampero con la tierra”, ensayo escrito para certificar el curso de Antropología Filosófica, impartido por Roxana Rodríguez Ortiz, semestre 2023-1. 


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